domingo, 22 de septiembre de 2013

El cine en mi vida

El cine es un tema al que llevo atada desde que nací. Mi padre es un gran aficionado al séptimo arte, y desde un principio me inculcó esta pasión. Cuando era pequeña y estaba enferma o simplemente me aburría, mis padres me ponían una película en, por aquél entonces, formato VHS. Mis favoritas eran 101 dálmatas, Mary Poppins, Peter Pan, Bichos... Me las podía ver una y otra vez, y de hecho, creo que alguna cinta de vídeo se estropeó de tanto verla.


Poco a poco, a medida que yo iba creciendo esta afición siguió a mi lado. Siempre que podía iba al cine a ver los nuevos estrenos de las películas animadas de Walt Disney, Pixar o Dreamworks. Sin embargo, Harry Potter marcó un cambio en el tipo de películas que yo veía. La primera película me negué a ir a verla al cine, a pesar de la insistencia de mi padre, porque me daba miedo. Aun así, casualidades de la vida, me enganché a los libros de J.K. Rowling, y me empezaron a gustar más las películas y libros de ese estilo.


Con los años he podido disfrutar de cientos o miles de filmes de todo tipo, y he podido ir cultivando este hobby. Hoy en día, a pesar de que no voy al cine tanto como me gustaría (y en gran parte se debe al desorbitado precio de las entradas), suelo investigar en la colección de DVDs de mi padre y consulto con algunos amigos que también son unos cinéfilos para descubrir nuevas creaciones que me sumerjan en su mundo durante un par de horas y me hagan reír, llorar, dejar de respirar o gritarle a la pantalla.

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